jueves, 11 de abril de 2013

Sueño o realidad.

Era un día frío, pero brillaba el sol, cuando me paré a pensar en mil historias que corrían por mi mente. Aventuras, ilusiones, planes... partes que creía que estaban en mi vida, pero que en realidad eran una mera ilusión de mis deseos.
Parecían tan reales, que no me podía creer que no fueran realidad, ¿qué me estaba pasando? jamás me había ocurrido, siempre había sabido separar lo que era realidad de aquello que mi mente se inventaba. Durante mucho tiempo le di vueltas a este asusto, ¿será que todavía estoy soñando y no he despertado de mi sueño?, ¿que dentro de un momento sonará el despertador y todo volverá a ser como antes?.  No, era la realidad y debía luchar contra ella. Una lucha interna que debía empezar por sacarla fuera de mi.
Solo había un pequeño inconveniente, a quién hacer participe de mi lucha. Nunca tuve un aliado que me ayudara a combatir, bueno, en realidad si pero con él lejos de mi mundo debía buscar otra mano aliada, de confianza pero... ¿quién?
Siempre supe quién era, pero no sabía si ella aceptaría ayudarme, gilipollas de mi, por no confiar en ella. Pero una noche ocurrió, mi lucha salió y ella se encontraba en el campo de batalla, guiando cada paso, cada recuerdo, cada emoción... 
Ella me supo escuchar, aconsejar y dar apoyo. La lucha por fin terminó, pero me hizo firmar un pacto de guerra, solo me permitía estar en guerra interna 3 semanas al años. Debía de olvidar todo, empezar de nuevo, hacer un nuevo reino tal y como yo era, porque al final de la guerra nos encontraremos solos, ya que mucha gente cae en el camino de la batalla, de la vida... y si uno no sabe apreciar lo que es, perderá la lucha.

Pero mis guerra no ha terminado, pero ella está ahí como aliada y ella me tiene como aliado. 
Gracias ROJA.

jueves, 7 de marzo de 2013

Marzo

Este es un mes del recuerdo, de reflexión. Hace un año que se empezó a escribir esta historia, una historia llenas de llantos, alegrías, besos, viajes, escapadas...
Cuando él se marchó ninguno de nosotros sabíamos lo que nos ocurriría  como iba a ir nuestras vidas, seguiríamos separados como lo habíamos hecho siempre o esto nos uniría y nos haría un grupo, amigos, hermanos, PEQUEÑOS. La vida nos sorprendió con que nos daría la oportunidad de jugar a su juego juntos. El cual nos convirtió en su comodín, una ayuda tanto para él, como para nosotros.
Muchas veces pensamos que él nos va a necesitar, pero fue al revés, él me ha ayudado más a mi que yo a él, aunque él siempre se empeña de lo contrario.
De lo que empezó con tan solo cuatro personas, ahora se ha convertido en más del doble. Porque las personas que menos creemos que pueden encajar con nosotros son las que mejor te comprende.
Hubo muchas impresiones que tuve de mis amigos antes de conocerlos, todas equivocadas.
Y es que gracias a ellos he descubierto un mundo diferente al que vivía, mi mundo de las maravillas. Aquel que por muy loco que estés siempre te encontrarás en familia.
No hay salida, escapada, viaje... en el que si falta uno se le echa de menos. Muchos son los recuerdos que guardamos dentro de nosotros mismo de ese lugar, de esa canción... Pero ninguno queremos exteriorizar ese sentimiento, no por vergüenza  sino pensando en los demás. Tantas son las vivencias que llevamos a nuestras espaldas que con la simple caída de una lágrima de uno, el resto se nos cae otra. Pero eso es lo que los hace grande, saben lo que hacer y decir en ese momento. Una mirada, una sonrisa... un "¿a quién pegamos?" hacen que esa expresión de tristeza se convierta en una sonrisa de oreja a oreja.
Y es que sigo bebiéndome una a tu salud, viviendo la vida al máximo como te prometí... muchos son los secretos que no se pueden contar, que me confiaste y que sigo cumpliendo.
Muchas son los recuerdos gratos que guardo, y muchos son los que olvidé. Pero esta fecha siempre la llevaré grabada a fuego en mi interior.

No pienso en 'un día más' sino en 'un día menos'

Mil gracias, Amarillo.


martes, 26 de febrero de 2013

Noviembre de alegrías.


La historia comienza un 16 de noviembre, era una tarde fría y lluviosa, y no se presentaba ningún plan para ese viernes. Así que cogió el portátil, la manta y se dispuso hacer lo que siempre había hecho, ver que había por la red. No se como acabó metido en ese chat, chat que hasta la fecha solo había encontrado a cierto tipo de personas.
Pero ese día, sucedió algo muy diferente, apareció una persona que él no conocía, Pablo. Nunca supo como una simple imagen le pudo hipnotizar, esos ojos, esa sonrisa. Pero algo ocurrió en ese instante, un "Buenas" apareció como si supiera que estaba pensando en él. Una sonrisa tonta salió de su cara y de sus dedos una contestación "Hola, ¿qué tal?". Tres simples palabras que descubrieron que tenían más en común de lo que en el perfil ponía de ellos.
Grupos de músicas, que hicieron que coincidieran en el concierto antes de que ellos se conociera. ¿Quién sabe?, a lo mejor se cruzaron allí pero no se dieron cuenta el uno del otro. Pero ese grupo hizo lo más difícil, el empezar la conversación con Pablo. 

-Busco gente interesante y si te gusta Supersubmarina seguro que eres majo.
-Gran grupo, estuve en su concierto.
-Yo también estuve.- Se le puso esa sonrisa tímida y pensó que hubiera pasado si se hubieran conocido antes del concierto.

Ellos descubrieron que sus vidas corrían por el mismo camino. Les había pasado lo mismo, y por ellos se entendían a la perfección sabían darse consejos, ánimos antes ciertos problemas...

Desde esos minutos no importó que lloviera como si nunca lo hubiera hecho, para él salió el sol. Lo único malo fue las horas que eran. La noche ya se había adentrado profundamente y casi estaba terminando, y el cansancio se hicieron estragos de ambos.
Él no sabía si volvería hablar con Pablo. ¿Y si no volvían hablar? Pero cuando las dudas empezaron a aparecer por su cabeza vio otro mensaje.

-Te espero mañana a la misma hora para seguir nuestra conversación. Buenas noches y descansa. 

No importaba que al día siguiente tuviera que madrugar, porque sabía que a la misma hora volvería hablar con Pablo.

lunes, 14 de enero de 2013

Año del recuerdo

Dicen que es mejor tarde que nunca así que aquí esta mi reflexión de todo el año 2012.

Ha sido uno de los mejores y más duros años de mi vida. Por todo lo que he encontrado y por todo aquello que he perdido. Gracias al 2012 he conocido a personas estupendas, a las que quiero con locura. Y que ojala no cambien nunca porque valen millones.
Este año hemos hecho millones de locuras en solo 12 meses, locuras que llegan al alma, locuras que me han hecho abrir los ojos, darme cuenta como era, como son las personas.
Miles son los recuerdos que se me vienen a la cabeza e imposibles de escribir todo.
Si tendría que poner un día en el cual empezó todo me remitiría a mi entrada Pequeñas grandes personas, pero todo se consolidó cuando Él se marchó. Día que jamás olvidaré, días en los que nos convertimos en los que somos, "Pequeños". Ahora miro mi cajón donde tengo recogido todos esos recuerdo y la emoción me invade. Notas, dibujos, regalos tontos para algunos y muy importantes para mi.
Grandes fiestas han sucedido desde entonces, ITI en la cual compramos aquella botella que tanto te gustaba y nos la bebimos a tu salud. Esas fiestas de los pueblos en las que recordábamos batallas antiguas y construíamos nuevas. Toledo, ciudad imperial, que ha sido cómplice de nuestras aventuras, secretos, encuentros, despedidas... ha sido la única que ha conseguido lo que no creíamos posible, reunirnos todos. Cada esquina, cada calle, cada bar... tiene un recuerdo, recuerdo grabado en piedra, recuerdos de nuestras escapadas. Esas tardes calurosas en las que por solo verte sonreír cogíamos el coche y nos escapábamos. Esos cambios de horarios que eran mi quebradero de cabeza que me cambiaban cada dos por tres. Las tardes muertas en el teléfono.
Miles son las escapadas que muchas de ellas ni me acuerdo. Si el Jose-Car hablara nos daba para una serie.  Clases de conducir, música, pies y manos por la ventanilla, ese pobre parasol que tanto a sufrido ya que se convirtió en guitarra, capote, churro de peleas...
Tardes muertas en casa de la Pelirroja, tirados por su habitación, su patio y si piscina.

Pero por muchos viajes que haga, esos recuerdo no valdrían nada sin esas personas, esos amigos que no se han apartado de mi camino, de mi lado. En los buenos y sobretodo en los malos momentos.
Sin ellos no hubiera sido lo mismo, me han echo reír y llorar, odiar y amar... siempre han sabido sacarme esa sonrisa que tanto necesitaba, esos consejos, esas frases de "¿A quién hay que pegar?" o "Pepinillo"

El deseo que pido a este 2013 es que no se aparten de mi camino, que sigan ahí siempre, con esa sonrisa y esas ganas locas de hacer cosas. 365 días para crear miles de aventuras y recuerdos nuevos.
Espero que este año lo paséis tan bien o mejor que el año que hemos despedido.

Mucho ánimo, suerte y amistad para este año nuevo.